Un día te levantas y sin saberlo ese
día cambiará tu forma de percibir la gracia de Dios. Quizá has tenido destellos
de la gracia de Dios, pues te ha salvado del poder del pecado, te da esperanza
de una eternidad con Él pero hacía falta experimentar algo más.
Al día siguiente te despiertas y te
sientes diferente. La ilusión no está, ya no hay remedio, todo está dicho y no
hay nada que se pueda hacer. Puede ser que llegó la noticia de un terrible
accidente que te dejó sin familia. O tal vez una grave enfermedad con la que tu
familia ha estado luchando termina llevándose los mejores años de tu hijo. O sencillamente
te dicen que ya tu bebé no crece dentro de ti y aunque tu deseo de ser mamá otra
vez es fuerte tu cuerpo no lo es para soportarlo.
Situaciones como estas o similares,
pueden sucedernos y dejarnos sin aliento en medio del proceso, pero hoy quiero
compartirte que así como esa situación vino para hacerte sufrir también vino
para darte un carácter como el de Cristo. Hoy te comparto mi historia y cómo el
Señor me dijo durante todo mi proceso “Te
basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona cuando tú eres débil".
Tengo dos hermosas hijas pero tanto
ellas como mi esposo y yo deseabamos tener un varoncito, y llegó el día donde
ese anhelo parecía poder ser alcanzado. El resultado de la prueba de embarazo
resultó positivo todos estabamos muy llenos de ilusión y alegría. Pero un día
en revisión se detectó que algo no estaba bien, lo que parecía ser una vida no
estaba desarrollandose y pues efectivamente mi bebé no se desarrollo y tuvieron
que hacerme una limpieza con la esperanza de poder quedar embarazada
prontamente. Este fue el inicio de un proceso que aunque solo duró alrededor de
24 horas desató dentro de mí una fuerte dependencia de la gracia de Dios por el
resto de mi vida.
El proceso se complicó y tuvieron que
realizar una intervención de urgencia. En el momento que los doctores me dicen:
“mi linda hay que llevarte a quirófano de
inmediato” mi corazón comenzó a palpìtar fuertemente y las lágrimas
comenzaron a desbordarse como una catarata. Recuerdo que en ese momento solo
cerraba mis ojos y repetía “me basta tu
gracia Señor, no me abandones”. Sentía mucho dolor, nunca había sentido
tanto dolor en mi vida hasta ese momento. Tenía mucho temor de lo que pudiera
ocurrir, no dejaba de pensar en mi esposo y en mis pequeñas hijas. Fue allí
donde comencé a sentir y vivir el poder de Dios en medio de mi debilidad. Al
despertar de esta intervención, en la cual me vi bastante delicada, recibí una
noticia que no esperaba, el doctor me dijo: “estás
viva porque Dios así lo quiso, pero no puedes volver a embarazarte”. Esas
palabras me dolieron mucho más que todo ese dolor que hasta el momento había
sentido. Pero en ningún momento me enojé contra Dios, ni surgió la pregunta
¿por qué?, simplemente dije “gracias
Señor porque no dejaste sin mamá a mis pequeñas”.
¿Por qué escribo todo esto tan doloroso? Porque yo sentí paz en medio del dolor y esa es la enseñanza que quiero transmitirte a ti querido lector. Te recordaré algunas porciones de Las Escrituras que infunden aliento en medio de las situaciones díficiles que tenemos que enfrentar, esperando y confiando en Dios puedan ser también de mucho bien para ti.
La Biblia dice en el Salmo 34:19 “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová”. Vivimos en un mundo y con un cuerpo que cada día se degenera, trayendo como consecuencia enfermedades, destrucción y dolor. No estamos exentos de vivir una vida con angustias y sufrimiento pero de todas estas cosas nos libra Jehová. ¿Cómo así, si sufrimos? Primero, nos libra en el presente por medio de las fuerzas y la paz que provee para enfrentar y vivir con estas luchas. Segundo, nos libra en el futuro porque cuando estemos con Él ya no habrá dolor ni angustia ni aflicciones. Y Tercero, nos da la fe de que Él puede obrar un milagro en medio de lo que se está viviendo. El salmista confiaba en un verdadero milagro. Los amigos de Daniel confiaban en un verdadero milagro. Daniel confiaba en un verdadero milagro. Dios, es un Dios de milagros ¿acaso no puede Él hacer milagros en nuestra vida? Pues si, y en medio del dolor no debemos perder la fe en su poder milagroso. ¡Aleluya!
El Salmo 107 es un Salmo que expresa muchas situaciones que traen angustia y dolor al hombre pero también afirma que Dios muestra su misericordia para librarle y salvarle. Él trae sanidad, liberación, sosiego al alma que en angustia clama a Él y busca su ayuda. ¡Alabado sea el Señor!
En Job 42:5 Job expresa lo siguiente “De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven”. Job tuvo que pasar por mucho, mucho dolor para llegar hasta esa frase. Otra cosa que nos debe ayudar en momentos de dolor es estar seguros que luego de superada la prueba o aún en medio de ella experimentamos una mayor cercanía a Dios. Job desde ese momento no fue más el mismo, yo tampoco, tú tampoco lo eres; así que regocíjate en medio de las aflicciones que te hacen crecer en gracia.
Y por último quiero recordarte el versiculo que estuvo en mi mente durante todo ese proceso doloroso:
2 Corintios 12:9 “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” Su gracia es suficiente para enfrentar las luchas y el dolor. El amor y la misericordia que Dios muestra por medio de su hijo Jesús y nos hace sentir por medio del Espíritu Santo, son suficientes para combatir el dolor con el que vamos a batallar durante esta vida. Así que en medio del dolor regocíjate de que Él está contigo y eso es suficiente para salir victorioso.
Y aunque este testimonio comenzó con
dolor y lágrimas, termina como muchos de los salmos; alabando a Dios por todo
lo que ha permitido en nuestras vidas para nuestro crecimento en la gracia. Que
cada día puedas ver más a tu Señor con un corazón agradecido por lo que tienes
y por lo que no te ha dado también. Que puedas refugiarte en sus promesas y en
la esperanza de la eternidad con Él en medio de los días dolorosos. Que puedas
confiar en que Él es un Dios de milagros y aunque no nos libre del
sufrimiento nos mira con misericordia y puede hacerlo. Que puedas animar a otros aún en medio
de tus procesos para que juntos podamos llegar al carácter que Cristo desea
moldear en nosotros.
SDG
Escrito por Omarlis de Tapisquen
Gracias por compartir esta historia. Puedo ver de primera mano la gracia y el poder de Dios obrando en ti y en tu familia. No dejes de seguir escribiendo y publicando. Los quiero mucho🤗
ResponderEliminarAmén querido hermano. Que así el Señor lo pueda permitir.
EliminarGracias por enseñarnos a través de tu testimonio 🙏🏻💐
ResponderEliminarQue el dolor sirva siempre para edificar a otros. Dios te bendiga.
EliminarDios es Maravilloso!! Hay cosas que no podemos entender, cosas dolorosas y sin sentido. Pero el Amor de Dios es más fuerte que todo, cuando llegamos a experimentar ese amor el nos fortalece. Dios te siga usando amiga. Te quiero mucho.
ResponderEliminarAmén amén. Pues así es amiga. Lo bueno? El Señor siempre está presente y podemos sentirlo, un día todo tendrá sentido.
EliminarGloria a Dios por tu vida querida amiga, este testimonio me ha llegado al corazon, siga siendo Dios contigo!
ResponderEliminarAmén. Dios es bueno en todo momento, aún en medio del dolor.
EliminarAmén, amén!! Dios ha sido bueno y sigue obrando.
EliminarGracias al Señor por Su Palabra. Necesitaba leer esto. Dios te bendiga Omarlis❤️
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