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Mostrando entradas de febrero, 2020

Caprichos, Caprichitos. Serie Efesios 6:4 I Parte

Mis súper mamitas, quisiera compartirles en las próximas entradas un estudio sobre Efesios 6:4, básicamente habla sobre qué no hacer en la corrección a los hijos y como si debe ser la corrección conforme a la Palabra de Dios. ¿Cuántas de nosotras hemos pasado por una crisis de capricho de nuestros hijos? «Soy la primera en levantar las manos» Oye, no quiero que te imagines solo a un niño berrinchudo en medio del centro comercial, pensemos en escenarios más habituales. Un día Anna me dice que deseaba salir a manejar su bici en la cuadra de la casa justo a las 12:00 del mediodía, a lo que mi respuesta fue: “hijita esta no es hora de salir a manejar la bici, está haciendo mucho sol y te puede doler la cabeza luego ”. No había terminado aún de expresar mi respuesta cuando la niña ya estaba tirada en el piso de la sala, pateando, manoteando y gritando “pero yo quiero, pero yo quiero”. La Biblia es clara en efesios 6:4 cuando dice: "y vosotros, padres, no irritéis a vuestro

¿Holgazanes o diligentes?

Recuerdo de pequeña, que como a todo niño, me gustaba estar metida en las cosas que hacían los adultos. Cocinar, limpiar, lavar, poner la mesa y otros quehaceres me producían inmensa curiosidad; quería descubrir cómo se hacían y probar si sería capaz de hacerlas sola. Hoy me veo reflejada en mi hija cada día en esto, la misma curiosidad y ganas de participar en todo. Lo cierto es que siempre que intentaba ayudar a cocinar, lavar mis blumitas mientras me bañaba o colocar los platos en la mesa, la respuesta era “deja eso, no Sara eso es para grandes, deja eso mijita puedes romper algo, anda a jugar deja que esto es de adultos”. ¿Les ha pasado mamitas? ¿Han dado respuestas similares cuando sus hijos se acercan con la curiosidad de ayudar? Creo que todas en algún momento lo hemos hecho pensando que nos complican la realización de nuestras tareas o se exponen a cosas que no son capaces de realizar a su corta edad. Pero ¿sabemos en realidad cuanto influyen estas respuestas en las accion

Sin perder los estribos

En cierta ocasión regresaba de buscar a mi hija mayor al colegio, y tengo como costumbre preguntarle cómo le fue, qué hizo, y una nueva pregunta que comencé a emplear para estimular la sinceridad y confianza de ella hacia mí, ¿hay algo que contar? En esta última pregunta responde de inmediato ¡no, nada! La miro fijamente y le digo, bien, que bueno; luego me mira y con una media sonrisa me dice: “bueno, si hay que contar, me puse brava con la maestra porque me quería tomar el jugo con mi arepa y no me dejó” Les cuento esto porque es importantísimo establecer con nuestros hijos una relación de confianza y enseñarles a ser sinceros con sus padres aun cuando lo que tengan que contar les traiga regaños o castigos. No es raro un niño que esconda lo que hizo si sabe que lo van a regañar, el pecado con el que nacen le hace reaccionar de esa forma para así evitar el regaño o el castigo y esto es una conducta que nosotros como padres más que juzgar debemos enseñar a nuestros hijos a luchar con