Ir al contenido principal

Caprichos, Caprichitos. Serie Efesios 6:4 I Parte


Mis súper mamitas, quisiera compartirles en las próximas entradas un estudio sobre Efesios 6:4, básicamente habla sobre qué no hacer en la corrección a los hijos y como si debe ser la corrección conforme a la Palabra de Dios.

¿Cuántas de nosotras hemos pasado por una crisis de capricho de nuestros hijos? «Soy la primera en levantar las manos» Oye, no quiero que te imagines solo a un niño berrinchudo en medio del centro comercial, pensemos en escenarios más habituales. Un día Anna me dice que deseaba salir a manejar su bici en la cuadra de la casa justo a las 12:00 del mediodía, a lo que mi respuesta fue: “hijita esta no es hora de salir a manejar la bici, está haciendo mucho sol y te puede doler la cabeza luego”. No había terminado aún de expresar mi respuesta cuando la niña ya estaba tirada en el piso de la sala, pateando, manoteando y gritando “pero yo quiero, pero yo quiero”.

La Biblia es clara en efesios 6:4 cuando dice: "y vosotros, padres, no irritéis a vuestros hijos"

Interpretación errónea: Entonces hay que consentir sus caprichos. Error, el pasaje en esta frase no está diciendo, consiente en todo a tu hijo para que no se moleste. Por el contrario, resalta que un trato que sea inconsistente y cruel de parte de los padres confunde a los hijos, causa problemas emocionales y también despierta resentimientos e ira en el niño hacia sus padres.

Interpretación correcta: Los padres en su trato con los hijos deben cuidarse de ser ásperos y rígidos. Es decir, no los indignes con mandamientos humillantes, culpándolos sin razón, o teniendo un temperamento inconstante en tu corrección.

Provocarás a ira a tu peque con una atmósfera llena de críticas destructivas, condenas, sarcasmos, intimidación, temor y falsas expectativas, entre otras prácticas, sin contarte que le privarás de una buena enseñanza y una buena corrección.

Así pues los caprichos de nuestros hijos no son leyes para nosotros los padres. Si nos acostumbramos desde lo más simple a ceder con nuestros hijos, estaremos hundiéndonos poco a poco en un lodo cenagoso con cada berrinche y cuando nos percatemos de eso, el mal hábito estará bien arraigado y será mucho más difícil de corregir. Tal vez creyendo que es mejor complacerles que verles bravos o tristes decidas ceder, pero recuerda que estos episodios son olvidados rápidamente por los niños cuando la corrección bíblica se aplica a cabalidad.

Tú mamita que lees esta nota y te encuentras luchando con los caprichos de tus hijos recuerda:
        1.Es algo natural en ellos y aún en nosotros a causa del pecado en nuestra carne.
        2.No te desesperes, más bien llénate de templanza y paciencia.
        3.No cedas, si de verdad es algo en lo que no se puede negociar.
        4.Mantén un trato amable, amoroso, y firme al momento de corregir.

¡Ánimo! Si, podemos educar y corregir con una actitud correcta para no irritar a nuestros pequeños.





Por Omarlis de Tapisquen

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Me basta solo tu gracia

Palabras de aliento en medio del dolor:  Un día te levantas y sin saberlo ese día cambiará tu forma de percibir la gracia de Dios. Quizá has tenido destellos de la gracia de Dios, pues te ha salvado del poder del pecado, te da esperanza de una eternidad con Él pero hacía falta experimentar algo más. Al día siguiente te despiertas y te sientes diferente. La ilusión no está, ya no hay remedio, todo está dicho y no hay nada que se pueda hacer. Puede ser que llegó la noticia de un terrible accidente que te dejó sin familia. O tal vez una grave enfermedad con la que tu familia ha estado luchando termina llevándose los mejores años de tu hijo. O sencillamente te dicen que ya tu bebé no crece dentro de ti y aunque tu deseo de ser mamá otra vez es fuerte tu cuerpo no lo es para soportarlo. Situaciones como estas o similares, pueden sucedernos y dejarnos sin aliento en medio del proceso, pero hoy quiero compartirte que así como esa situación vino para hacerte sufrir también vino para ...

Afirmando a nuestros hijos

Una de las cosas que marcan con mayor facilidad el corazón de una persona son las palabras que se dijeron (o no se dijeron) en su niñez. Las palabras como dice Proverbios 12:6 “…tienen el poder de destruir o edificar"; estamos claros que no se trata del poder de hacer que se hagan las cosas que decimos, es el poder de 《 destruir o edificar 》 esto nos lleva a 2 preguntas ¿destruir o edificar a quien? ¿Qué uso le estoy dando a mis palabras?. En el ámbito de la crianza, las palabras son sumamente importantes al momento de afirmar a nuestros hijos. Cuando sabemos usar nuestras palabras para alentar, animar, corregir en amor, apoyar, calmar, estamos afirmando el espíritu y el corazón de nuestro pequeño. Así como usar nuestras palabras para ofender, manipular, ridiculizar, menospreciar, daña y contrista el espíritu y corazón de nuestros hijos. Pero existe un peligro al momento de afirmar a nuestros hijos, y si no conocemos el riesgo fácilmente podríamos caer en el. ¿Qué estás afirma...

¿Que voz estas escuchando?

Estás en casa, el sonido del televisor, los niños jugueteando, la música de los vecinos al fondo. Sales a la calle, cada joven con una corneta y una música diferente, cada local comercial con su propia música y una más alta que la otra, las unidades de transporte con la música a todo volumen; se hace imposible escuchar tus propios pensamientos. ¿No te pasa que muchas veces quieres escuchar el silencio por un momento? Es una realidad, siempre estamos escuchando algo o a alguien. Debido a que siempre estamos expuestos a sonidos, es muy difícil saber que escuchar; hay tantas voces a nuestro alrededor que se puede volver imposible saber cuál es la correcta y seguirla. Estas voces luchan por ser escuchadas. Tenemos la voz de nuestro yo. Esta es la voz que desde hace muchos años está deseando y luchando por salir a flote y en estos tiempos se ha hecho más audible. Es la voz por la que muchas mujeres han peleado por años. Y es que merecemos ser escuchadas ¿no? Tenemos buenas ideas, tenem...