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Mostrando entradas de enero, 2020

Nuestros peques y los hábitos

Yo siempre he sido una persona que dice: “como venga, así hacemos” es decir, no me considero una persona que crea hábitos y eso ha creado en mí una indisciplinada manera de vivir que me ha costado corregir. Por mis escritos anteriores saben lo fuerte que han sido estos meses de vida de Dorcas para mí (sino los han leído los invito), pero quiero contarles sobre el trabajo de estos últimos días. Mi pequeña luna ya está comiendo sopitas, cremitas, algunas fruticas, entonces después de desayunar se ha quedado dormidita en su silla de comer igualmente después del almuerzo y lo más sorprendente que lo ha hecho sola y sin la tética ¡Ohhh! Pues sí y todo se lo debo a los hábitos. Con ayuda de mi esposo hemos empezado a crear hábitos (rutinas) en la bebé así como lo hicimos con Anna desde pequeñita, lo cual nos ayudó mucho con ella a que fuera súper temprano al baño, y mi niña tiene 3 años y va sola al baño, se desviste y viste sola, duerme siestas aun (hasta de tres horas), recoge sus jug

¿Hijos perfectos?

Llegamos a casa de los abuelos para una hermosa cena, las niñas delicadamente bellas, esposo muy guapo y yo, pues hice lo posible para quedar presentable. Mientras estaba lista la mesa para comer, las niñas juegan con sus primas en la sala, el esposo ayudando a terminar la ensalada, todo iba perfecto, nos sentamos a la mesa, Anna tomo su plato, dio gracias a Dios y comenzó a comer sola sin derramar comida sobre la mesa ni su ropa, Dorquitas se encontraba serenamente esperando que mamá comiera para tomarse la teta, todo marchaba bien, hasta que me desperté. ¿No les ha sucedido que sueñan con esos días de compartir con la familia o los amigos y sus hijos se comporten perfectamente? A mí me pasa mucho, solo pensar en asistir a una reunión donde sé que mis hijas deben estar me da el gusanito del estrés por su comportamiento. Y es que en realidad ¿a quien le gusta que su hijo llegue a una casa ajena y corra como loco, te grite si le llamas la atención, toque todos los adornos que vea y

Educar tarea de ejemplos

Enseñar valores a los más pequeños de la casa es una tarea  que requiere un verdadero vivir de parte de los padres en eso que se les demanda a los hijos. Has escuchado la frase "el ejemplo vale más que mil palabras" ❔❓ pues es una verdad que todo niño puede certificar. 🔻🔻 Deseas que tú hijo sea un niño de oración 🙏 y lector de la Biblia 📖 haz tus devocionales/Lee la Biblia con él. 🔻🔻 Deseas que tú hijo trate con respeto?🤝 Trata con respeto a tu esposo/hijos/familiares/a vecinos 😉 🔻🔻 Deseas que tú hijo sea responsable en su escuela y con sus tareas 📝 sé responsable en tu trabajo y con tus responsabilidades diarias 🔻🔻 Deseas que tú hijo sirva a Dios desde pequeño? Pues llévalo contigo a las actividades de tu iglesia local donde participes activamente 💪 - ⚠️ Cuídate de hacer exigencias que tú como padre no cumplas, recuerda que tú ejemplo habla más que tus palabras 🤗 ⚠️ Recuerda todo lo que insertes en su cerebro los primeros cinco años de vida f

¿Crisis?

¿Han oído hablar de la depresión post-parto? Yo sí, y mucho, claro no de alguien en mi círculo cercano pero cuando me enteré de mi primer embarazo, comencé a leer todo, todo lo que hablara de embarazo, de ser primeriza y de la crianza. En realidad no sé si les ha pasado, pero con mi primer embarazo lo único difícil en realidad fue el proceso de amamantar, ¡uy nada más recuerdo que dolor! Pero con este segundo embarazo se sumaron muchas cosas, el tener ya una niña de tres años imparable cabe destacar, el retorno al trabajo en apenas el segundo mes de mi bebé me hizo pasar por unas crisis que no deseo ninguna madre sufra. En estos cuatro meses de mi bebé viví tres crisis bien fuertes no sé si llamarlas depresión, estrés o ansiedad, pero fue una experiencia muy dolorosa, en la cual hasta me llegue a sentir muy culpable de ser mamá, esa lucha en tus pensamientos y en tus acciones para no dañar sino amar, para no gritar sino hablar dulcemente, para no sentir que todo es un caos sino qu

¡Mi sacrificio, su ejemplo!

¿Alguna vez han visto una película que parece que los últimos cinco minutos hubiesen sido mejor que las dos horas completas? Pues algo así me paso ayer con mis hijas. ¡Dios pero que día el que tuve! Dorcas, definitivamente está muy apegada a mí (esto de trabajar con ella encima desde los dos meses de edad no ha sido una buena decisión) y Anna, bueno, ella trata de ser lo más obediente posible pero su mismo carácter imparable a veces la hace llegar a algunos extremos algo exasperantes para mí. Lo cierto es que durante todo el día con la bebé llorando, solo queriendo que la cargue, Anna con su energía a millón queriendo que participe de su juego de maestra, de vendedora, de oficinista y con trabajo secular que hacer también desde casa, la película parecía de terror. Estaba sintiendo que me volvería loca, tenía unas ganas inmensas de dejar todo, el trabajo, las niñas y salir corriendo a una montaña muy alta y gritar muy fuerte. ¿Pero quién mas es nuestro refugio que el Dios que nos

¡Soy guía, no dictador!

¿Cómo saber que lo estoy haciendo b bien? ¿Cómo no ser tan controladora? ¿Cómo dejar que viva su niñez siendo niña? Fueron preguntas que vinieron a mi mente una mañana mientras intentaba “controlar” la forma de jugar de mi hija de tres años. ¿No les ha pasado? En ocasiones creemos que sabemos la mejor forma en que ellos pueden jugar y divertirse. Dejamos a un lado la verdad de que ellos deben ser los que exploren y así aprendan a desarrollar su propia personalidad y razonamiento. Pues así me sentí luego que mi esposo muy sabiamente me dijera “si sigues intentando controlar todo lo que ella hace, vas a ocasionar una fractura en tu relación con ella”. Wooww eso me provocó un choque enorme y fue entonces cuando vino a mi mente la palabra de Dios, “no provoques a tu hija”. La verdad es que siempre deseamos lo mejor para nuestros hijos, pero controlar todo lo que ellos hacen no nos hace mejores padres. La corrección debe estar; por supuesto, pero recordemos que somos guías no dictado

¡Ya no se trata de mí!

Una noche en casa me encontraba sola, con mis dos hermosas pero estresantes hijas (igual las amo, y creo que aún mas cada día), era uno de esos días de llegar del empleo y solo querer sentarte en el sillón a ver la TV, leer tu libro preferido, escuchar música y hacer tu lectura de la Biblia. Pues eso mismo era lo que deseaba hacer, pero mi realidad en casa era otra, estaba la bebé hambrienta y con sueño, mi primogénita con hambre y la energía a millón, platos sucios, pañales que lavar, jarras vacías que llenar, y allí me encontraba yo, amamantando y tratando de dormir a mi luna mientras lidiaba con la energía de mi sol (así las llamamos en casa), y esto solo para empezar con el cuido de la casa. ¡Por fin! Lunita se logró dormir, y comienza mi tarde-noche, hacer la cena para mi solecito, lavar los platos, darle un baño a sol mientras lavo los pañales, lograr darme un baño en donde por lo menos pude lavar mi cabello, todo esto mientras mi cuerpo gritaba “low battery”. ¡Oh no! Sol h