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¿Crisis?

¿Han oído hablar de la depresión post-parto? Yo sí, y mucho, claro no de alguien en mi círculo cercano pero cuando me enteré de mi primer embarazo, comencé a leer todo, todo lo que hablara de embarazo, de ser primeriza y de la crianza.

En realidad no sé si les ha pasado, pero con mi primer embarazo lo único difícil en realidad fue el proceso de amamantar, ¡uy nada más recuerdo que dolor! Pero con este segundo embarazo se sumaron muchas cosas, el tener ya una niña de tres años imparable cabe destacar, el retorno al trabajo en apenas el segundo mes de mi bebé me hizo pasar por unas crisis que no deseo ninguna madre sufra.

En estos cuatro meses de mi bebé viví tres crisis bien fuertes no sé si llamarlas depresión, estrés o ansiedad, pero fue una experiencia muy dolorosa, en la cual hasta me llegue a sentir muy culpable de ser mamá, esa lucha en tus pensamientos y en tus acciones para no dañar sino amar, para no gritar sino hablar dulcemente, para no sentir que todo es un caos sino que es una hermosa bendición, en medio de esa lucha aprendí una vez más que para ser una buena mamá debo depender más de la Palabra de Dios.

Ser mamá no es tarea sencilla, y ser mamá de dos se le agrega un toque más de locura, pero es una vida caóticamente hermosa, no puedo concebir mis días por unos cuantos años sin esos hermosos seres a mi lado todo el tiempo. Aún hay mucho que me falta por vivir en esta faceta de madre pero sé que en Dios puedo disfrutar de paz, descanso y guía para hacerlo bien.

Y les regalo este pasaje porque así como Josué tenía una gran misión que cumplir, tú y yo como mamás también y en este momento Dios nos dice lo mismo.

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
Josué 1:9  

Por Omarlis de Tapisquen

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