Llegamos a casa de los abuelos para una hermosa cena, las niñas delicadamente bellas, esposo muy guapo y yo, pues hice lo posible para quedar presentable. Mientras estaba lista la mesa para comer, las niñas juegan con sus primas en la sala, el esposo ayudando a terminar la ensalada, todo iba perfecto, nos sentamos a la mesa, Anna tomo su plato, dio gracias a Dios y comenzó a comer sola sin derramar comida sobre la mesa ni su ropa, Dorquitas se encontraba serenamente esperando que mamá comiera para tomarse la teta, todo marchaba bien, hasta que me desperté.
¿No les ha sucedido que sueñan con esos días de compartir con la familia o los amigos y sus hijos se comporten perfectamente? A mí me pasa mucho, solo pensar en asistir a una reunión donde sé que mis hijas deben estar me da el gusanito del estrés por su comportamiento.
Y es que en realidad ¿a quien le gusta que su hijo llegue a una casa ajena y corra como loco, te grite si le llamas la atención, toque todos los adornos que vea y a la hora de comer parezca que tiene un hueco debajo de la boca porque la comida no deja de caer al suelo, ropa y mesa? Lo cierto es que llegará el día en que su comportamiento será el apropiado para las visitas, mientras llega ese día debemos comprender que ante todo son niños, su curiosidad y energía dependerá de su edad y no es porque no les enseñemos a comportarse correctamente.
La curiosidad les llevará a tocar y meterse en sitios donde nos da pena que lo hagan, pero también nos da la oportunidad de enseñarles que los límites son esenciales para una curiosidad sana.
La energía les llevará en ocasiones a portarse como si nunca salieran de casa, pero nos da la oportunidad de enseñarles que hay espacios donde se puede aprovechar mejor la energía que en otros y adaptarse a esas realidades.
Mamita tu que lees esto y has pasado por esas “horas horrendas y desesperantes” de visitas, no creas que lo estás haciendo mal, recuerda que ellos son niños, entonces ve la oportunidad que se presenta para corregir y moldear el carácter de tu hij@ en esas circunstancias.
Al corregir a nuestros hij@s, nos debe mover la misericordia. Así pues no es sano para tu hij@ que reacciones movida por la ira a causa de la vergüenza que te pueden ocasionar.
Sepamos que el mismo pecado con el que nacemos les hace desobedecer desde tan pequeños. El hecho de identificar que realmente hay actitudes en ellos que debemos corregir, porque les traerán problemas con la disciplina, debe ser una muestra de misericordia. ¡Ojo! Cuida lo que le dices a tu hij@ en esos momentos, el amor y la disciplina dados en la medida exacta te dará como resultado un niño comportado según su edad.
¿No les ha sucedido que sueñan con esos días de compartir con la familia o los amigos y sus hijos se comporten perfectamente? A mí me pasa mucho, solo pensar en asistir a una reunión donde sé que mis hijas deben estar me da el gusanito del estrés por su comportamiento.
Y es que en realidad ¿a quien le gusta que su hijo llegue a una casa ajena y corra como loco, te grite si le llamas la atención, toque todos los adornos que vea y a la hora de comer parezca que tiene un hueco debajo de la boca porque la comida no deja de caer al suelo, ropa y mesa? Lo cierto es que llegará el día en que su comportamiento será el apropiado para las visitas, mientras llega ese día debemos comprender que ante todo son niños, su curiosidad y energía dependerá de su edad y no es porque no les enseñemos a comportarse correctamente.
La curiosidad les llevará a tocar y meterse en sitios donde nos da pena que lo hagan, pero también nos da la oportunidad de enseñarles que los límites son esenciales para una curiosidad sana.
La energía les llevará en ocasiones a portarse como si nunca salieran de casa, pero nos da la oportunidad de enseñarles que hay espacios donde se puede aprovechar mejor la energía que en otros y adaptarse a esas realidades.
Mamita tu que lees esto y has pasado por esas “horas horrendas y desesperantes” de visitas, no creas que lo estás haciendo mal, recuerda que ellos son niños, entonces ve la oportunidad que se presenta para corregir y moldear el carácter de tu hij@ en esas circunstancias.
Al corregir a nuestros hij@s, nos debe mover la misericordia. Así pues no es sano para tu hij@ que reacciones movida por la ira a causa de la vergüenza que te pueden ocasionar.
Sepamos que el mismo pecado con el que nacemos les hace desobedecer desde tan pequeños. El hecho de identificar que realmente hay actitudes en ellos que debemos corregir, porque les traerán problemas con la disciplina, debe ser una muestra de misericordia. ¡Ojo! Cuida lo que le dices a tu hij@ en esos momentos, el amor y la disciplina dados en la medida exacta te dará como resultado un niño comportado según su edad.
Con misericordia y verdad se corrige el pecado,Y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.Proverbios 16:6
Por Omarlis de Tapisquen
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