Consejos para no provocar a ira a nuestros hijos II.
Seguimos con la serie sobre Efesios 6:4 y aún queda tela por cortar. Hoy les compartiré otros consejitos para ayudarnos en el primer punto de esta serie, ¿cómo no hacer de mi hij@ un malcriado pero tampoco un niñ@ lleno de odio?
Seguimos con la serie sobre Efesios 6:4 y aún queda tela por cortar. Hoy les compartiré otros consejitos para ayudarnos en el primer punto de esta serie, ¿cómo no hacer de mi hij@ un malcriado pero tampoco un niñ@ lleno de odio?
- Debemos enseñar a nuestros hijos que es valioso cultivar principios bíblicos. Nuestra sociedad ha hecho ídolos del poder, la fuerza, la belleza, la riqueza, la inteligencia y la capacidad atlética. Esto es lo que la gente valora. Según la Biblia, esta forma de medir el valor y el éxito no es correcta porque Dios no valora esto. Por tanto, debemos esforzarnos en demostrarles a nuestr@s hij@s el hecho de que no los valoramos en base a estas cualidades externas y superficiales; si no que como padres, valoramos la obediencia, el respeto y cosas similares. Un niño que demuestra ser honesto, sincero y amable debe ser reconocido en eso por sus padres, no solamente por sus buenas notas, desempeño atlético y otras vanidades jeje.
- Debemos buscar tener muchos momentos gratos con nuestros hijos. Almacenar en la memoria experiencias agradables generará una buena actitud hacia nosotras y proveerá el necesario fundamento en nuestra relación cuando tengamos que corregir, reprender o castigar a nuestros hij@s. En muchas ocasiones el recuerdo de momentos gratos que han compartido junto a nosotras y con nosotras les ayudará a comprender que no somos un ogro ni unas aguafiestas que disfruta ser molesta y mala (hay casos de casos jajaja). Este consejo lo he tenido presente muchas veces ya que suelo ser yo la que es más regañona con mis hijas.
- Debemos libremente comunicarles nuestro amor y aprecio. Debemos crear el hábito de manifestar nuestro amor y aprecio por nuestr@s hij@s en forma tangible. Hagámoslo de muchas maneras: con un abrazo, un beso, una palmada en la espalda, con palabras, por notas escritas, con un regalo, al jugar con ellos, al escucharles, y al respetar sus opiniones. Mi esposo es un experto en esto con mis hijas.
- Debemos ser flexibles, aceptar que tendrán faltas y que cometerán errores. No esperemos al hijo perfecto. Debemos permitirles cometer errores y fallar sin darle la impresión de que serán rechazados o que carecen de valor. El hogar, para el niño, debe ser un lugar seguro, un lugar donde será comprendido y ayudado, donde nadie se burlará de él ni se reirá de sus fallas y debilidades. Sin embargo, sus defectos y fallas serias no pueden ignorarse, se le debe corregir y ayudar a mejorar. Este consejo para mí ha sido verdaderamente un reto, y es que a veces de verdad deseo las “hijas perfectas” en su comportamiento, inteligencia, habilidades. Me he incomodado al momento de sus fallas pero voy aprendiendo que debe ser así, eso ayuda a crecer su carácter y también el mío.
Por Omarlis de Tapisquen
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