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Seamos Simpáticos – Serie Creando bases firmes para las relaciones de los hijos Parte III

«Hija, ser amable y educada siempre te abrirá puertas» es una frase que constantemente le recordamos a nuestras pequeñas. Y es que el trato amable hacia los amigos, vecinos y hasta dentro de la familia es algo que debe ser enseñado en esta generación que va creciendo.

¿Cuantas veces nos hemos topado con niños que dicen «buenos días» «por favor» «gracias» o simplemente un «hola» al pasar frente a otra persona? Aunque es una pregunta retórica (es decir para ser respondida dentro de sí) yo responderé: ¡Muy pocas veces de verdad!

Saludar, ¿eso aún está de moda?

Un día salimos con nuestras hijas, íbamos caminando y pasa un grupo de personas, y como veníamos distraídos sinceramente, mi esposo y yo, no dimos los buenos días, en lo que las personas terminan de pasar mi hija mayor nos dice «mami, papi, no dieron los buenos días, están pasados» y es que le hemos tratado de enseñar que debe ser educada y amable con las personas y si aplica para ella, también para nosotros como padres.

En otra ocasión, nos encontrábamos camino a una panadería cerca de casa, y pasamos por un galpón y Anna ya advertida de lo que debía hacer dice «¡buenos días!» Pero no recibió respuesta a su saludo, esto sabemos que la decepcionó un poco porque enseguida nos preguntó: ¿papi, porque las personas no hablan cuando las saludan? Como pudimos le explicamos que hay personas que no están acostumbradas a saludar, pero eso no debía afectar su actitud ante esta buena práctica que está teniendo.

Relaciones exteriores…

Estas no son más que las relaciones que mantenemos con las personas fuera del hogar, ya sean familiares, amigos, compañeros y vecinos.

Aunque no lo creamos somos una fuente de ejemplo vivo para nuestros pequeños en estas relaciones. ¿Eres educado al pasar o pasas más rápido que rayo veloz?, ¿pides los favores con un amable «por favor» y das una sonriente «gracias» cuando recibes algo de estas personas? Recuerda, tu hijo te ve y actuará con su primo, amiguito y compañerito como tú le modeles.

Sin duda alguna, un creyente con una buena base de relaciones interpersonales que desarrolle la empatía y la sensibilidad por las necesidades de los de fuera de su casa, será un siervo de Dios más dispuesto al servicio hacia los demás, una característica esencial para mostrar el amor de Dios a los perdidos.

¡Modela empatía y tendrás un hijo misericordioso!

A medida que el ser humano va cobrando conciencia de sus acciones, se vuelve más insensible en las relaciones a causa del pecado. Es tan así, que si no tienen una buena base para relacionarse con otros, nuestros pequeños corren el riesgo de volverse aislados y antipáticos o desarrollar relaciones superficiales.

Cuando un padre invierte tiempo en demostrar empatía a otras personas, sin duda está sembrando en el corazón de su hijo sensibilidad a las necesidades de otros, amor hacia las personas, humildad y amabilidad, es decir, está formando en él o ella un corazón tierno y compasivo.

Establece como metas las siguientes recomendaciones, y si eres una persona que ya lo haces te animo a continuar modelando, tu hijo tendrá un buen maestro.

  • ü  Saluda a las personas al salir o llegar a casa.
  • ü  Utiliza sin pena y con alegría las palabras mágicas «Por favor» y «Gracias»
  • ü  Pide la bendición a tus padres y dale la bendición a tus sobrinos.
  • ü  Utiliza un tono de voz suave al dirigirte a las personas.
  • ü  No hables mal de tu familia, amigos, compañeros o vecinos y menos frente a tus hijos.
  • ü  Establece relaciones cordiales con tus vecinos.
  • ü  Muéstrate compasivo ante las necesidades de estas personas.

El ejemplo es difícil de presentar, pero tú eres el mejor maestro.



Por Omarlis de Tapisquen

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