«Hija, ser amable y educada siempre te abrirá puertas» es una frase que constantemente le recordamos a nuestras pequeñas. Y es que el trato amable hacia los amigos, vecinos y hasta dentro de la familia es algo que debe ser enseñado en esta generación que va creciendo.
¿Cuantas veces nos
hemos topado con niños que dicen «buenos días» «por favor» «gracias» o
simplemente un «hola» al pasar frente a otra persona? Aunque es una pregunta
retórica (es decir para ser respondida dentro de sí) yo responderé: ¡Muy pocas
veces de verdad!
Saludar, ¿eso aún está de moda?
Un día salimos con
nuestras hijas, íbamos caminando y pasa un grupo de personas, y como veníamos
distraídos sinceramente, mi esposo y yo, no dimos los buenos días, en lo que
las personas terminan de pasar mi hija mayor nos dice «mami, papi, no dieron
los buenos días, están pasados» y es que le hemos tratado de enseñar que debe
ser educada y amable con las personas y si aplica para ella, también para
nosotros como padres.
En otra ocasión,
nos encontrábamos camino a una panadería cerca de casa, y pasamos por un galpón
y Anna ya advertida de lo que debía hacer dice «¡buenos días!» Pero no recibió respuesta a su saludo, esto sabemos
que la decepcionó un poco porque enseguida nos preguntó: ¿papi, porque las
personas no hablan cuando las saludan? Como pudimos le explicamos que hay
personas que no están acostumbradas a saludar, pero eso no debía afectar su
actitud ante esta buena práctica que está teniendo.
Relaciones exteriores…
Estas no son más
que las relaciones que mantenemos con las personas fuera del hogar, ya sean
familiares, amigos, compañeros y vecinos.
Aunque no lo
creamos somos una fuente de ejemplo vivo para nuestros pequeños en estas
relaciones. ¿Eres educado al pasar o pasas más rápido que rayo veloz?, ¿pides
los favores con un amable «por favor» y das una sonriente «gracias» cuando
recibes algo de estas personas? Recuerda, tu hijo te ve y actuará con su primo,
amiguito y compañerito como tú le modeles.
Sin duda alguna,
un creyente con una buena base de relaciones interpersonales que desarrolle la
empatía y la sensibilidad por las necesidades de los de fuera de su casa, será
un siervo de Dios más dispuesto al servicio hacia los demás, una característica
esencial para mostrar el amor de Dios a los perdidos.
¡Modela empatía y tendrás un hijo misericordioso!
A medida que el
ser humano va cobrando conciencia de sus acciones, se vuelve más insensible en
las relaciones a causa del pecado. Es tan así, que si no tienen una buena base
para relacionarse con otros, nuestros pequeños corren el riesgo de volverse
aislados y antipáticos o desarrollar relaciones superficiales.
Cuando un padre
invierte tiempo en demostrar empatía a otras personas, sin duda está sembrando
en el corazón de su hijo sensibilidad a las necesidades de otros, amor hacia
las personas, humildad y amabilidad, es decir, está formando en él o ella un
corazón tierno y compasivo.
Establece como
metas las siguientes recomendaciones, y si eres una persona que ya lo haces te
animo a continuar modelando, tu hijo tendrá un buen maestro.
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Saluda
a las personas al salir o llegar a casa.
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Utiliza
sin pena y con alegría las palabras mágicas «Por favor» y «Gracias»
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Pide
la bendición a tus padres y dale la bendición a tus sobrinos.
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Utiliza
un tono de voz suave al dirigirte a las personas.
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No
hables mal de tu familia, amigos, compañeros o vecinos y menos frente a tus
hijos.
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Establece
relaciones cordiales con tus vecinos.
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Muéstrate
compasivo ante las necesidades de estas personas.
El ejemplo es difícil
de presentar, pero tú eres el mejor maestro.
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