En estos tiempos de cuarentena, cuando no podemos reunirnos en el local de una iglesia para escuchar prédicas y alabar a Dios como familia de familias y llevar a nuestros hijos para que esas dedicadas maestras de la escuela dominical les enseñen los valores bíblicos es más que necesario que cada mamá desarrolle una estrategia de enseñanza bíblica en casa.
No es suficiente modelarles una relación espiritual con Dios, esto mediante la oración y la lectura bíblica, también es necesario poder tomar un tiempo para enseñarles las historias bíblicas y los valores que de ellas se pueden aprender.
En mi caso particular he tenido varias capacitaciones como maestra bíblica de niños pero en casa con mis hijas no es lo mismo. Primero la paciencia que se le tiene al hijo de otra mamá no es la misma que se tiene con los hijos propios, yo de verdad en esto con mis hijas casi siempre salgo raspada. En segundo lugar, tener que atender los quehaceres diarios genera interrupciones al tiempo de estudio; en la escuela dominical tú dispones de 45 minutos a 1 hora de la mañana para enseñar lo que ya preparaste durante la semana, sin interrupciones atribuibles al día en casa.
Pero en el antiguo testamento podemos ver que la enseñanza de los valores bíblicos reposaba sobre los padres, era un mandato directo del mismo Jehová. Dt 6:6-7 NTV dice “Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes”.
También en el nuevo testamento podemos observar que la enseñanza bíblica recibida desde la niñez en casa tiene resultados espirituales en nuestros jóvenes. Pablo le dice a Timoteo en 2Tim 1:5 “Me acuerdo de tu fe sincera, pues tú tienes la misma fe de la que primero estuvieron llenas tu abuela Loida y tu madre, Eunice, y sé que esa fe sigue firme en ti”. Y en 2 Tim 3:15 “Desde la niñez, se te han enseñado las sagradas Escrituras, las cuales te han dado la sabiduría para recibir la salvación que viene por confiar en Cristo Jesús”.
Quizá en este momento te encuentres frente a tu celular o tu computadora leyendo éste escrito y pienses: ¡Estimada mamá, déjame decirte que yo no tengo idea de cómo impartir una clase bíblica a mi hijo!
Pues mi maravilla de mamá permíteme hacerte algunas recomendaciones para que tomes en tus manos y te sientas capaz de poder enseñarle a tu hijo sobre la Biblia sin sentirte abrumada.
1. Ora. Lo primero que te recomiendo es orar, sí, ora a Dios cada día por una
semana y pídele que te ayude con sabiduría y sobretodo que ponga en tu corazón
la misericordia para hablarle a tu hijo del evangelio de salvación. Esta será
siempre tu mejor arma.
2. Ejercítate. La mejor manera para sentirte capaz de
enseñarle a otro es teniendo el conocimiento pleno de lo que impartes, así que,
practica habitualmente tu lectura diaria, y no solo leas por leer, también
medita en lo que esas palabras pueden hacer en tu vida y en la de tu hijo.
3. Busca herramientas. Si asistes a una iglesia local, comunícate
con el líder del ministerio infantil y pídele que te envié un material básico
para impartir clases a tu hijo. También el internet es una herramienta valiosa,
puedes ubicar secuencias de clases con sus dibujos, juegos y aplicaciones
diarias. Desarrolla una lista de atributos que quisieras sembrar en tu hijo y
luego busca los personajes bíblicos que te ayuden a desarrollarlos.
4. Sé repetitiva. No debes cansarte de repetir cada una de las
palabras que le has enseñado. Refuerza diariamente lo que decidas enseñarle,
con la practicidad de los quehaceres diarios, mediante sus juegos habituales y
desafíos que se le presenta en las relaciones. El ser repetitiva te asegurará
refrescar diariamente lo que estas enseñando, recuerda que ellos olvidan
fácilmente.
5. Sé consecuente. Procura ser cuidadosa y exacta en la enseñanza de tu hijo. La forma más fácil para ejercer una buena enseñanza en los niños es ser ordenada, llevar el hilo de la historia. Si decides enseñar sobre Jesús (es mi caso en estos momentos) entonces ubica la vida de Jesús en bloques, ejemplo, el nacimiento, sus milagros, su muerte y su resurrección, allí tienes cuatro bloques ordenados de la vida de Jesús que te permitirán llevar a tu hijo paso a paso por aspectos importantes en su vida. Aplica la misma sugerencia para cada personaje que deseen aprender juntos.
Mamita, espero que estos consejos te puedan ayudar a llevar en casa el evangelio de Cristo a tu hijo en medio de este proceso que estamos viviendo. En otro artículo te comentaré sobre el método que usamos en mi Iglesia local y que puedes adecuar para tus clases bíblicas en casa.
No todas las maestras de escuela bíblica son madres, pero toda mamá debe convertirse en maestra de escuela bíblica.
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