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Serie: Cuando peca – Mis reacciones ante el pecado de mi hijo

 ¡Cuando peca, soy paciente!

“El amor de una madre es infinito, la paciencia, es otra cosa”. Es una frase que me encontré en las RRSS hace unos meses y me causo algo de risa, pero al compartirla pensaba, ¡cuán difícil es desarrollar la paciencia! Sobre todo en esos momentos cuando te encuentras tratando de preparar la cena, con unos minutos retrasados, y allí están los niños de mal humor por el hambre, la bebé guindada de tu pierna y si también es tu caso, con esos pantalones casi por las rodillas de tanto halar. Esos son los momentos donde la paciencia debe salir a flote en nuestras respuestas y en nuestra actitud.

La paciencia vista desde la biblia.

La paciencia es definida por Trench (escritor bíblico) como “un prolongado aguante mental antes de dar lugar a la ira”. Y el mismo autor expresa que la paciencia de Dios ha sido “una tregua con el pecador”. La paciencia es una faceta del fruto del Espíritu (Ga. 5:22), también, es una virtud que Dios aprecia de manera especial en los seres humanos y que parece desarrollarse mejor en las pruebas (Ro. 5:3-4).

Vista desde una óptica bíblica, para lograr tener un carácter apto y agradable ante Dios es necesario desarrollar la paciencia. También se nota que la paciencia será puesta a prueba hasta que se haga un reflejo en nuestra conducta. Por lo que podemos demostrar que la impaciencia o falta de paciencia está ligada a nuestra naturaleza pecaminosa.

Es importantísimo para mí aclarar lo siguiente, quiero que como mamás veamos que no es solamente una mera falta de amor y de comprensión hacia nuestros hijos el hecho de perder la paciencia con algunas cosas que hacen. En el fondo es una manera en la que dejamos aflorar nuestra naturaleza pecaminosa reflejándola en acciones y palabras que lastiman a nuestros hijos, esto es una inmundicia delante de Dios.

Quizá sea más fácil para unas mamás que para otras llegar a ese límite de la “coronilla”, yo me anoto en el primer grupo, pero todas tenemos uno. En tantas ocasiones nos encontramos tratando de respirar profundo, contando hasta 100, huyendo de la cocina a la habitación y ¿por qué? para evitar reaccionar de una forma errada, y es que de eso trata el desarrollo de la paciencia.

Tercera verdad

Dios ha sido paciente conmigo. En la biblia podemos encontrar muchos versículos que nos demuestran esta verdad (Num. 14:18, Neh. 9:17, Sal. 86:15) y es que nosotros debimos ser consumidos por la ira de Dios a causa de nuestro pecado, pero Dios mostró y muestra día a día su grande misericordia a través de la paciencia que nos tiene.

La paciencia es un atributo de Dios que es comunicable a los seres humanos, y así como Dios ha alargado su paciencia hacia nosotros, nosotros debemos extender nuestro límite de paciencia cada día para con nuestros prójimos. Nuestros mayores prójimos los tenemos en casa amadas mujeres, nuestros esposos, nuestros hijos, ellos son los prójimos más cercanos a los cuales debemos mostrar paciencia.

En el modelo sacrificial del antiguo testamento, existían unas bandejas donde eran derramadas las inmundicias del animal que estaba siendo sacrificado y al llenarse debían ser desechadas fuera del campamento porque la inmundicia no tiene lugar en la presencia de Dios. Ya que el Espíritu de Dios mora en nosotros no debemos abrigar en nuestro ser la inmundicia que trae la falta de paciencia, debemos desecharla lejos de nosotros y someternos día a día a la presencia de Dios para que nuestra paciencia siga en aumento cada día.

Derrama sobre ellos de la bondad que Dios ha derramado para ti. Perdónalos de la misma manera que Dios te perdonó a ti. Muestra paciencia hacia ellos como Dios la ha mostrado hacia ti.

Recuerda estimada mamá, tienes todo lo necesario para nutrir espiritualmente a tus hijos porque tienes a Cristo, imítalo.


Por Omarlis de Tapisquen

Comentarios

  1. Excelente amiga. Seguiré aplicando la paciencia en mi vida. Gracias a mi buen y paciente Dios.

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