La desobediencia deliberada e intencional en nuestros hijos pequeños y adultos que no es corregida oportunamente, se convertirá en una rebelión total cuando el niño entre en sus años de adolescencia y cuando el joven decida formar su propia familia.
En
la Biblia podemos ver algunos ejemplos de falta de reprensión por parte de
algunos padres hacia sus hijos y las consecuencias que tuvieron que enfrentar
no solo los hijos rebeldes sino también sus padres y hasta la sociedad.
Tenemos
el ejemplo de David-Absalón y de Elí-Finees y Ahitob.
Con respecto a Elí:
Elí
tuvo muchos problemas al tratar de criar a sus hijos, cabe destacar que sus
hijos ya eran adultos. Los hijos de Elí estaban practicando la fornicación con
las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo, aceptaban sobornos para
dar juicios parciales. Cuando Elí se dio cuenta de su maldad, aparentemente no
aplicó ninguna acción disciplinaria fuerte a sus hijos. Pero Elí no era solo un
padre tratando de vérselas con hijos rebeldes. Era el sumo sacerdote que pasaba
por alto el pecado de los sacerdotes que estaban bajo su jurisdicción. Por
ello, el Señor tomó las medidas disciplinarias necesarias que Elí evadió.
(Matar a los hijos, matar a Elí y acabar así con la amenaza que representaba
este pecado como práctica común entre los sacerdotes y el pueblo).
Elí
fue culpable por honrar a sus hijos por encima de Dios al permitirles que
continuaran en pecado. Todo esto lo podemos ver en 1 Samuel 2:27-36.
El
principio extraído de la historia de Eli y sus hijos: “El no reprender oportunamente a los hijos es un pecado delante de
Dios”
Con respecto a David:
Se
presenta a un padre con tres hijos, dos de una misma madre (Absalón y Tamar) y
otro (Amnón) de otra mujer diferente. Amnón, primogénito de David viola a su
hermana y esto hace enojar a tal punto a Absalón quien planea su venganza
asesinándolo.
¿Pero
que desató la mayor ira de Absalón?
La
Biblia dice en 2 Samuel 13:21 “Cuando el
rey David se enteró de lo que había sucedido, se enojó mucho.” Entonces, David se enojó mucho, pero no le
aplica a Amnón los preceptos de la ley como debía hacerlo ya que el incesto se
castigaba con la muerte (Lev 20:17). La Septuaginta, versión griega del AT,
añade: «Y no molestó el espíritu de Amnón, su hijo, porque lo amaba debido a
que era su primogénito». He ahí la razón de su pasividad en la reprensión.
En
muchas ocasiones podemos pensar que no estorbar en el pecado de nuestros hijos
es una muestra de amor, pues estimada mamá déjame contradecirte en este, si es
tu pensar, pues es una mentira que el enemigo ha creado para alejarnos de la
manera en que Dios desea que amemos a nuestros hijos, sin importar la edad que
puedan tener.
El
principio extraído de la historia de David y sus hijos: “El no reprender oportunamente a los hijos trae consecuencias a la
familia, la relación con Dios y hasta a la sociedad”
¿Qué hacemos con estas
verdades?
¿Hay algo en la vida de tu familia que sigues permitiendo que suceda aun cuando sabes que está mal? ¿Qué vas a hacer ahora que conoces esta verdad? (estorbar)
¿Cómo estorbamos el pecado de nuestros hijos? (mentir, robar, rebeldía o desobediencia…), con mis hijas he procurado hacer lo que en la Biblia he encontrado como la forma adecuada y es lo que te recomiendo mamita ahora:
- Explicarles lo que la biblia enseña al respecto.
- Mostrarles las consecuencias de persistir en su conducta.
- Pedirles, suplicarles que cambien.
- Establecerles límites.
- Orando por ellos.
La
familia es la base de la sociedad, eso siempre nos lo han enseñado pero como
que se nos ha olvidado lo importante de la tarea que Dios ha delegado sobre los
padres. Desde un principio se nos da la orden de enseñar, instruir y corregir
en el Señor a nuestros hijos y lo hemos dejado como algo pasado de moda.
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