La verdadera fuerza de una mujer
En esta
nueva serie quiero tratar sobre la feminidad. Vivimos en una sociedad llena de
mensajes sobre lo que una mujer puede hacer, pero no por ser mujer sino al
parecer por hacer cosas de hombres. Entonces, nos encontramos venerando a la
mujer por hacer cosas de hombres y no por las propias cosas que como mujer le
han sido dadas a la mano para hacer.
Mi hija
mayor, Anna, vive comparándose (en este sentido de la fuerza) con su
primo-hermano. Si el levanta una silla, ella enseguida quiere mostrar que también
puede. Un día intentó levantar algo muy pesado para ella, que el primo si logro
levantar, y al no conseguirlo se sintió frustrada porque no tenía tanta fuerza
como él.
Eso
mismo llega a pasar a las mujeres que pretenden vivir comparando sus
capacidades y fuerzas físicas con las de sus esposos, amigos, vecinos u otros caballeros;
entonces se vive en guerra con el esposo y con cualquier hombre por querer
usurpar su autoridad, esto por sentirnos competentes según nosotras.
Hay ciertas verdades al momento de la
creación de la mujer que nos aclaran un poco el panorama:
Diseño
anatómico diferente (Gn. 1:27)
Lo
primero que debemos comprender es que la mujer tiene un diseño anatómico
diferente al de los hombres. “La
mujer y el hombre son distintos en cada una de las célula de sus cuerpos, esa
diferencia en la combinación de los cromosomas es la causa básica del
desarrollo masculino o femenino”. Otra diferencia notable está en “la
estructura del esqueleto y aun en las funciones y tamaño de algunos órganos
internos” Dr. James Dobson.
Por esto, la mujer suele ser más delicada
físicamente, no quiero decir con esto que no tengamos fuerza (yo en lo
particular me considero una mujer muy fuerte) pero nuestro cuerpo está diseñado
para otras labores, menos físicas que las de un hombre.
Aceptación
de roles (Gn. 2:18)
Lo
segundo que debemos hacer es aceptar los roles que fueron diseñados al momento
de la creación del hombre y la mujer. En génesis 2:18 indica que la mujer fue
creada para ser ayuda idónea del hombre, esta frase se puede desglosar de la
siguiente forma ayuda: indica que
Adán no era capaz de alcanzar por sí solo todo lo que estaba llamado a ser y a
hacer. Idónea para él denota
complementariedad. La ayuda es necesaria para el trabajo diario, la
procreación, y el apoyo y compañía mutuos. Una mujer que piensa que ser creada
para ser ayuda idónea significa inferioridad no ha comprendido la gran labor
para cual fue diseñada.
Entonces, ¿Qué me hace verdaderamente fuerte
como mujer?
En
Proverbios 31:10-31 vemos una mujer fabricante, importadora, administradora,
corredora de bienes raíces, granjera, costurera, tapicera y comerciante, sin
dejar de ser cuidadora de su casa y encargada de la crianza de sus hijos. Sin
embargo, su fortaleza y dignidad no provienen de sus sorprendentes logros y/o
habilidades, éstas son solo un resultado, lo que realmente define la fuerza así
como la belleza de una mujer es que tema a Dios y lo coloca primero en su
vida, esto es lo que le da sentido a todo lo que hace.
Hoy en
día vemos mujeres que salen a trabajar, también las que trabajan desde casa,
son emprendedoras y buenas administradoras de los bienes y recursos y sobre
todo son la ayuda emocional, espiritual y física que sus esposos necesitan,
esto mujer, te hace verdaderamente fuerte, cumplir con el rol para el que
fuiste diseñada.
Una
mujer es fuerte en tres aspectos de su vida: en lo físico, en lo emocional y en
lo espiritual.
·
En lo físico; como mujer debes estar preparada para enfrentar los
quehaceres del hogar cuando tu esposo no se encuentre. Tus hijos deben sentirse
tan seguros contigo como lo estuvieran con su padre. Cambiar un bombillo, mover
un mueble, colocar un tornillo, son solo algunos ejemplos de lo que en casa
podemos mostrar fuerza física.
·
En lo emocional; como mujeres debemos estar preparadas para dar ánimo
emocional a nuestros esposos. Ellos sufren mucha presión en este aspecto de su
vida, luchan en sus mentes y contra sus emociones y muchas veces en reserva.
Expresar adecuadamente las inconformidades al esposo, dar palabra de ánimo para
la toma de decisiones, respaldar las decisiones del esposo aun en desacuerdo,
son algunos ejemplos de esta fuerza.
·
En lo espiritual: como mujeres debemos estar dispuestas a enseñar la Biblia a
nuestros hijos cuando nuestros esposos estén muy agotados, actuar y hablar con
fe ante las decisiones de nuestros esposos, resistir con fe y sabiduría las
circunstancias adversas que puedan enfrentarse en la familia, es parte de la
fortaleza espiritual de una mujer.
Dios perfiló
y equipó a la mujer para realizar tareas diferentes a las del hombre, pero estas
tareas apuntan a la misma meta que las del hombre: honrar a Dios.
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