Ir al contenido principal

¿Guarda de mi hermano?

Seas o no cristiano es seguro que has escuchado esta frase en una de las historias bíblicas más impactantes que nos cuentan cuando somos pequeños, ¡sí! Caín y Abel.

El siguiente extracto citado es del comentario Plenitud acerca de Génesis 4:9 y dice así:

“El tema de la hermandad emerge temprano en la Escritura, y desde el principio está claro que Dios concede importancia a las relaciones fraternales. En este pasaje aparece por vez primera el asunto de la responsabilidad del uno para con el otro. Caín pregunta: « ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?» La palabra utilizada para «guarda» (del hebreo shamar  significa «resguardar, proteger, atender o considerar». ¿Acaso somos responsables? «Ciertamente», es la respuesta de Dios. No sólo somos guarda de nuestros hermanos y hermanas, sino que se nos llamará a juicio por nuestro trato a nuestros hermanos y hermanas (físicos y espirituales).

Debido a los pecados de Caín contra su hermano, Dios lo maldice, le quita su habilidad para cultivar y lo sentencia a una vida de fugitivo y vagabundo (v. 12). Esto indica claramente que la desarmonía fraternal nos destina a la esterilidad y a la frustración en nuestros propósitos.”

Es interesante ¿no?, yo en verdad a nivel personal nunca me consideré guarda de mi hermana, y es que nunca me lo enseñaron. Si, mis padres me hablaban de amarla y cuidarla pero nunca con la importancia que este pasaje muestra al respecto. Y hoy puedo notar lo importante que era que yo lo fuera.

En estos días mis hijas no han dejado de pelearse, gritarse, y es que la mayor no quiere que la pequeña esté encima de ella y a la pequeña le fascina estar en donde esté su hermana y lo más cerquita posible, pero esto es normal en la relación de hermanos, ya que también hay días donde son inseparables, una mima, cuida y atiende a la otra sin problemas.

Pero, como padres ¿estamos enseñando a nuestros hijos a ser guarda el uno del otro?

En el texto citado observamos que cuando el escritor de génesis se refiere a “guarda” estaba pensando en alguien que se encarga del bienestar; en este caso de su hermano. Como padres no hay mayor alegría que ver a nuestros hijos unidos, demostrándose amor, paciencia y compresión, pero no siempre será así, por eso debemos aprovechar todos los momentos para enseñarles de forma práctica a ser responsables del bienestar de su hermano.

Debemos cuidar mucho nuestras palabras y acciones frente a nuestros hijos, pues ellos reaccionarán ante las acciones de sus hermanos así como le demos el ejemplo. Muchas veces pensamos que solo el hermano mayor tiene el deber de ser guarda de su hermano(a) menor, pero en realidad debemos enseñar a ambos a ser guardas el uno del otro.

¿Cómo le enseño a mis hijos a ser guarda de su hermano?

1.     Estimula el amor el uno por el otro.

2.    Estimula la responsabilidad en ellos.

3.    Oren juntos el uno por el otro.

4.    Escucha lo que a uno le desagrade del otro y oren por ello juntos.

5.    Estimula el perdón entre ellos ante cualquier mala respuesta o mal trato.

6.    Enseña con tu ejemplo formas sanas de procurar el bienestar de la otra persona.

7.    Evita las preferencias entre uno y otro.

8.  Insístele en pensar en su hermano(a) al realizar sus responsabilidades domésticas, al ganarse un premio, al cobrar su quincena.

Piensa en alguna otra actividad que puedas estimular, fortalecer, consolidar y reforzar con tus hijos para evitar la desarmonía fraternal que trae graves consecuencias para ellos y para su entorno familiar. 

Por Omarlis de Tapisquen

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué estás haciendo con los sueños de tus hijos?

Algo que sin duda tienen nuestros hijos son sueños, algunos más raros que otros, unos más realizables que otros, unos más serios que otros, pero todos sueñan con ser o lograr algo. Recientemente vi una película llamada vuela alto, y en resumidas cuentas trata de un muchacho que desde niño creyó que podía participar en las olimpiadas, y nunca se dio por vencido, tuvo a su lado un padre incrédulo, a pesar de que siempre estuvo allí, y una madre que no dejó de creer en él – aunque no era el mejor – y esto me hizo hacerme esta pregunta ¿qué estoy haciendo con los sueños de mis hijas? Los padres somos responsables de estas pequeñas vidas que se nos han prestado, y no solo debemos cuidar su bien físico, también debemos velar por sus mentes, corazón y espíritu. Entonces ¿cómo cuidamos los sueños de nuestros hijos? Debemos cuidar como nos referimos a los sueños de nuestros hijos . Muchas veces como padres, ya adultos y con un gran camino recorrido, sabemos que hay sueños que nuestros

No Soy suficiente… ...Sin Cristo en mí

Esta es una verdad que debo recordarme a diario (es muy fácil creer que puedo con todo). Este mundo nos dice «Sí mamá, eres una guerrera» «puedes con eso y más» «eres una mujer valiente y empoderada» «puedes hacer lo que sea» y muchas cosas parecidas, y caemos en esa trampa del enemigo al prestar nuestros oídos, sí, ¡es una trampa! Porque detrás de estas frases tan alentadoras se encuentra una sola verdad «Soy suficiente, no necesito de Cristo para esto, yo puedo sola» entonces comenzamos -muchas veces sin analizarlo profundamente- a creer más en nuestras fuerzas que en lo que Jesús puede y desea hacer en y por medio de nosotras. ¡ El Evangelio es suficiente! Y yo puedo ser una mujer, una esposa, una madre, una sierva suficiente por medio del trabajo de Cristo en mi vida a través de su evangelio. Esta es una verdad alentadora y retadora para la mujer de hoy en día que desea vivir; agradando a aquel que le ha llamado y escogido para él, en medio de un mundo lleno de satisfacc

¿Que voz estas escuchando?

Estás en casa, el sonido del televisor, los niños jugueteando, la música de los vecinos al fondo. Sales a la calle, cada joven con una corneta y una música diferente, cada local comercial con su propia música y una más alta que la otra, las unidades de transporte con la música a todo volumen; se hace imposible escuchar tus propios pensamientos. ¿No te pasa que muchas veces quieres escuchar el silencio por un momento? Es una realidad, siempre estamos escuchando algo o a alguien. Debido a que siempre estamos expuestos a sonidos, es muy difícil saber que escuchar; hay tantas voces a nuestro alrededor que se puede volver imposible saber cuál es la correcta y seguirla. Estas voces luchan por ser escuchadas. Tenemos la voz de nuestro yo. Esta es la voz que desde hace muchos años está deseando y luchando por salir a flote y en estos tiempos se ha hecho más audible. Es la voz por la que muchas mujeres han peleado por años. Y es que merecemos ser escuchadas ¿no? Tenemos buenas ideas, tenem