Ir al contenido principal

¿Que voz estas escuchando?

Estás en casa, el sonido del televisor, los niños jugueteando, la música de los vecinos al fondo. Sales a la calle, cada joven con una corneta y una música diferente, cada local comercial con su propia música y una más alta que la otra, las unidades de transporte con la música a todo volumen; se hace imposible escuchar tus propios pensamientos. ¿No te pasa que muchas veces quieres escuchar el silencio por un momento? Es una realidad, siempre estamos escuchando algo o a alguien.

Debido a que siempre estamos expuestos a sonidos, es muy difícil saber que escuchar; hay tantas voces a nuestro alrededor que se puede volver imposible saber cuál es la correcta y seguirla. Estas voces luchan por ser escuchadas.

  • Tenemos la voz de nuestro yo. Esta es la voz que desde hace muchos años está deseando y luchando por salir a flote y en estos tiempos se ha hecho más audible. Es la voz por la que muchas mujeres han peleado por años. Y es que merecemos ser escuchadas ¿no? Tenemos buenas ideas, tenemos una mente clara, somos maduras y eficientes; esto es lo que muchas veces pasa por nuestra mente cuando nos encontramos en situaciones incómodas, desafiantes y difíciles.

En el matrimonio, deseamos que nuestros esposos nos escuchen más, que vean lo valiosa de nuestra opinión y que son menos las ocasiones en las que nos equivocamos. En la maternidad, nuestros hijos deben escuchar con mucha atención todo lo que decimos, en ocasiones nos vemos involucradas en las guerras de mamás y todo porque la voz de nuestro yo debe ser escuchada.

Pero, te invito a recordar Proverbios 3:5 y 7 que dice: “…Y no te apoyes en tu propia prudencia…No seas sabio en tu propia opinión…” Un consejo muy sabio que encontramos y que debemos recordar cuando nos encontramos en esta lucha de escuchar solo lo que mi “yo” desea decir. Es de sabios no apoyarnos solo en lo que conocemos o sabemos, recordemos que somos muy propensos, todos, a fallar, pues tenemos en nosotros una naturaleza que de continuo se inclina hacia el mal.

  • También está la voz de los que saben mucho. Esta es de los profesionales de la conducta, profesionales de la crianza, profesionales del pensamiento. También de los que tienen años ejerciendo como padres, abuelos, maestros, vecinos. Esta voz es la que nos acosa continuamente en redes sociales, en las reuniones sociales y si, hasta en las eclesiales. Y no quiero decir con esto que no debemos escuchar consejos de otros, (estaría contradiciendo el consejo que acabo de darles en el primer punto), pero deben ser evaluados siempre a la óptica bíblica para ponerlos por práctica.

Muchas veces hemos caído en formar parte de esta voz para aquellos que nos rodean. Es una voz que se basa en el mucho conocimiento y en la experiencia. Muchas veces dejando a un lado la Palabra de Dios. Debemos ser cuidadosas con estas voces externas, pues muchas veces serán usadas por el enemigo para derribarnos, desanimarnos y apartarnos de la verdad bíblica. Viene a mi mente dos sabios consejos: el primero, se encuentra en Proverbios 11:14 que dice: «Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; más en la multitud de consejeros hay seguridad.» El segundo, en 1 Tesalonicenses 5:21 que dice «Examinadlo todo; retened lo bueno.» Realmente hay bendición en la multitud de consejos, siempre y cuando los consejos estén basados dentro de los límites que Dios ha establecido en su palabra.

  • Aparte de estas dos voces también está la voz de Dios. Ésta es la voz que se nos hace más difícil aprender a escuchar. Es la voz que nos exige más dependencia, más quietud, más de El y menos de esas otras voces; incluso de nuestra propia voz. ¿Será por eso que es tan difícil?

Jesús en el N.T. dice: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,” (Juan 10:27) Parece que el oír a Dios viene dado por ser sus ovejas. Esto en primer lugar. Si realmente somos de su rebaño no solo estamos capacitados para escuchar su voz (sus ovejas) sino que también tendremos un anhelo profundo en nuestro corazón por escucharle a él. Lo segundo que podemos observar es que Jesús las conoce, él nos conoce, él sabe quién realmente es parte de su rebaño y no hay ni una sola de sus ovejas que no discierna la voz de su pastor y le siga. Y por último este hecho de seguirle, las ovejas de Jesús oyen su voz, se deleitan en ella y obran de acuerdo con ella.

Entonces, ¿estás tú escuchando la voz correcta en tu forma de tomar decisiones? ¿Estás tú escuchando la voz correcta en tu matrimonio? ¿Estás tú escuchando la voz correcta en tu maternidad? ¿Estás tú escuchando la voz correcta en tu ministerio?

¿Cómo puedes hacerlo?

  1. Cierra tus oídos a las voces que no provengan de Dios.
  2. Anímate, esfuérzate y dedícate a cada día estudiar su Palabra.
  3. Memoriza los textos que te ayuden a recordar siempre que voz debes escuchar.
  4. Ora y espera delante del Señor todos y cada día de tu vida.
  5. Si en algo eres confrontado, da la vuelta 180° y sigue la voz de tu Pastor, vive obedeciendo sus palabras.

Es muy fácil dejarse llevar por “las nuevas formas de ver la Biblia” o los consejos "alternativos" a la palabra de Dios, pero la Palabra de Dios sigue siendo la misma hace 100 décadas, hace unos minutos y por la eternidad. No dejes que las demás voces opaquen la voz de Dios en tu vida, en cualquier esfera de ella.


Por Omarlis de Tapisquen




Comentarios

  1. Gloria a Dios! Es así, la voz que escuchemos debe ser la voz de Dios.
    Dios es bueno y nos dejó su santa palabra y en el tiempo a capacitado a hombres y mujeres para ser difundida y explicada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es... oremos para que Dios despierte en nosotros un deseo profundo de escuchar su voz.

      Eliminar
  2. Amen ....
    Gloria a Dios por sus Sabias escrituras

    ResponderEliminar
  3. Gloria a Dios!!! El nos permite escuchar su voz de la cual viene el conocimiento y la inteligencia... Ruego en el nombre de Jesucristo que siempre tengamos un corazón dispuesto a escucharlo y solo retengamos su verdad.......

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amén!! Gracias a Dios porque nos conoce y nos llama con su voz irresistible.

      Eliminar
  4. Juan Carlos Moyeja9 de enero de 2025, 14:33

    El Señor te bendiga grandemente amada hna. Gracias por compartir esta reflexión tan importante para nuestro crecimiento espiritual.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Me basta solo tu gracia

Palabras de aliento en medio del dolor:  Un día te levantas y sin saberlo ese día cambiará tu forma de percibir la gracia de Dios. Quizá has tenido destellos de la gracia de Dios, pues te ha salvado del poder del pecado, te da esperanza de una eternidad con Él pero hacía falta experimentar algo más. Al día siguiente te despiertas y te sientes diferente. La ilusión no está, ya no hay remedio, todo está dicho y no hay nada que se pueda hacer. Puede ser que llegó la noticia de un terrible accidente que te dejó sin familia. O tal vez una grave enfermedad con la que tu familia ha estado luchando termina llevándose los mejores años de tu hijo. O sencillamente te dicen que ya tu bebé no crece dentro de ti y aunque tu deseo de ser mamá otra vez es fuerte tu cuerpo no lo es para soportarlo. Situaciones como estas o similares, pueden sucedernos y dejarnos sin aliento en medio del proceso, pero hoy quiero compartirte que así como esa situación vino para hacerte sufrir también vino para ...

Afirmando a nuestros hijos

Una de las cosas que marcan con mayor facilidad el corazón de una persona son las palabras que se dijeron (o no se dijeron) en su niñez. Las palabras como dice Proverbios 12:6 “…tienen el poder de destruir o edificar"; estamos claros que no se trata del poder de hacer que se hagan las cosas que decimos, es el poder de 《 destruir o edificar 》 esto nos lleva a 2 preguntas ¿destruir o edificar a quien? ¿Qué uso le estoy dando a mis palabras?. En el ámbito de la crianza, las palabras son sumamente importantes al momento de afirmar a nuestros hijos. Cuando sabemos usar nuestras palabras para alentar, animar, corregir en amor, apoyar, calmar, estamos afirmando el espíritu y el corazón de nuestro pequeño. Así como usar nuestras palabras para ofender, manipular, ridiculizar, menospreciar, daña y contrista el espíritu y corazón de nuestros hijos. Pero existe un peligro al momento de afirmar a nuestros hijos, y si no conocemos el riesgo fácilmente podríamos caer en el. ¿Qué estás afirma...